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LA VEGETACIÓN DEL MACIZO DEL GARRAF

El clima del Garraf presenta las características del clima mediterráneo meridional. Las lluvias no son tan escasas como algunos pueden creer, pero el agua que cae se infiltra fácilmente por las fisuras de las rocas, por lo que las plantas no la llegan a provechar suficientemente, lo que unido a la falta de cursos de agua superficiales da esa impresión de ser el macizo de Garraf un lugar árido y seco.
Las altas temperaturas estivales (ligeramente superiores en las áreas marginales y de menor altitud del macizo) y la escasez de agua hacen que la vegetación del Parque Natural del Garraf sea bien peculiar, mayoritariamente de matorral. Destacan el lentisco, la coscoja o garric, y sobretodo el palmito o margalló. Junto a estos arbustos, en el Garraf también podemos encontrar encinas y pinos, especies típicamente mediterráneas.
El palmito, una planta característica del Garraf

La maquia de palmito y coscoja, y el encinar constituyen las formaciones vegetales originarias del macizo, en la vertiente marítima y en el interior del macizo respectivamente, si bien las agresiones sufridas (incendios, pastoreo, tala, etc) las han limitado, o incluso degradado a otras comunidades vegetales como el matorral y los prados. La garriga ocupa ahora muchos terrenos que antaño dominaban espléndidos encinares.
El clima seco de la zona ha contribuido a que haya habido varios incendios, algunos de grandes dimensiones (los años 1982 y 1994 fueron especialmente trágicos), que han llegado a destruir buena parte de las pinedas, lo que ha requerido de importantes tareas de repoblación para la recuperación del medio. El pino blanco, Pinus halepensis, es el más extendido en el Parque.
Pinedas en el Parque del Garraf

EL PALMITO, SÍMBOLO DEL GARRAF
El palmito o margallo (margalló en catalán), científicamente llamado Chamaerops humilis, es la especie vegetal más emblemática del Parque Natural del Garraf.
Esta planta es una de las escasas palmeras autóctonas de Europa, y en el macizo del Garraf encuentra una de las localidades más septentrionales de la Península Ibérica.
Por su morfología, resulta una palmácea muy ornamental, característica de las regiones mediterráneas. Su ornamentalidad no radica tanto en sus flores, pequeñas y poco vistosas, sino en la belleza de sus frondosas hojas, fibrosas, rígidas y persistentes, que por su forma parecen grandes abanicos.
Hojas de palmito

El palmito es un arbusto que resiste muy bien la sequía, y por ello está adaptado a las duras condiciones del fuertemente soleado macizo del Garraf. Curiosamente, sin embargo, cuando se le cultiva en jardines se buscan para él casi siempre lugares semisombreados con riegos moderados, para que así adquiera palmas de mayor tamaño y con colorido más intenso.
El palmito suele desarrollarse bien en las regiones litorales, y le da igual el tipo de suelo, si rocoso o arenoso.
Esta palmera produce frutos de pequeño tamaño, redondos y carnosos, de color verde cuando son inmaduros, y de color rojizo al madurar. Los frutos tienen propiedades nutritivas, y los consumen algunos mamíferos del Parque, como el jabalí, que dispersa las semillas del vegetal según se observó en un estudio que se llevó a cabo por la Universitat Autònoma de Barcelona, contribuyendo así el cerdo salvaje a la conservación y distribución del palmito en el macizo del Garraf.
En esta foto de arriba vemos los frutos del palmito, todavía no maduros dado que la fotografía se hace en la primavera, y los frutos maduran en el otoño.
Seguidamente los frutos ya maduros
Los frutos fotografiados a finales de octubre

OTROS VEGETALES DEL GARRAF
Además del palmito, un paseo por el macizo del Garraf nos permite observar muchos más arbustos, como el aladierno, el lentisco, o la coscoja a la que en estas tierras se la llama garric (y a sus formaciones se las denomina garrigues).
En su adaptación al difícil medio del macizo, la coscoja ha desarrollado hojas pequeñas, duras y pinchosas para protegerse y evitar la pérdida de agua.

Seguidamente un breve muestrario de algunas de las plantas que podemos encontrar en el Parque Natural del macizo del Garraf:

Romero (Rosmarinus officinalis)

Lentisco (Pistacia lentiscus)

Coscoja (Quercus coccifera)

Cebadilla (Pallenis spinosa)

Milamores o valeriana roja (Centranthus ruber)

Estepa blanca (Cistus albidus)

Brezo de invierno (Erica multiflora)

Euforbio mediteráneo (Euphorbia characias)

Coronilla de fraile o cebollada (Globularia alypum)

Madroñero (Arbutus unedo)

Olivo (Olea europaea)

Especial mención merece el carrizo, Ampelodesmos mauritanica, una gramínea de majestuoso aspecto, con un tallo erecto que puede medir 2-3 metros de altura.
El carrizo es una planta de orígen norteafricano muy extendida por el macizo de Garraf acompañando a arbustos y matorrales.

Adentrándonos en el interior del macizo (el "Garraf interior", por oposición al Garraf del litoral, más arbustivo) aumenta la frondosidad de la vegetación, con fragmentaciones de encinares.
Vegetación en el interior del macizo del Garraf

LA VEGETACIÓN LITORAL
La vegetación litoral del Garraf se reparte entre la que podemos encontrar en los acantilados, presidida por el hinojo marino, y la que crece en las playas.
Algas y líquenes forman la vegetación de las rocas más en contacto con el mar, que por ello están siempre mojadas, juntamente con grupos de animales como moluscos y crustáceos. Donde la roca queda casi siempre seca, son los líquenes los que encontraremos, y a partir de unos tres o cuatro metros tierra adentro: el hinojo marino (Critmum maritimum), una planta suculenta que define la comunidad de los acantilados. Al hinojo marino en catalán se le llama fonoll marí.
Crithmum maritinum

El hinojo marino necesita la sal que aporta el agua marina, llegada hasta él a través de las salpicaduras del oleaje o bien por el viento, que aquí tampoco sopla demasiado fuerte por lo que no la lleva muy lejos, pero más allá de la influencia de la sal marina, el hinojo deja de crecer, ya no lo encontramos.


A diferencia de la vegetación de los acantilados, que se mantiene bastante mejor por resultar más difícilmente accesible, la vegetación de la playa y dunas del Garraf está muy pobremente representada, debido a la gran presión humana a la que está permanentemente sometida (proximidad de casas a la playa, alta asistencia de bañistas en verano, etc).